jueves, 27 de octubre de 2011

Intro a la Autoestima

Uno de los factores fundamentales para el buen vivir personal de cualquier ser humano es la autoestima. Es importante que los padres de familia actúen con congruencia y no solamente pretendan enseñar a los niños a quererse y respetarse sino practicarlo ellos mismos.
Se lee fácilito, pero en la práctica es sumamente complicadito la congruencia, que significa entre otras cosas, hacer lo que uno dice que hará y viceversa. Es decir, una madre no puede exigirle a su hija que deje de comer o que haga ejercicio porque está subiendo de peso, cuando la misma madre se empaca sus chocorroles y desde luego no se molesta en caminar siquiera 20 minutos cada tercer día y esta de fodonga en el sillón. La autoestima se puede enseñar, está la teoría de Maslow, así como cursos, talleres y dinámicas que nos pueden ayudar a desarrollarla, pero para los niños su principal fuente de conocimiento es por parte de los padres y los mensajes conscientes e inconscientes que ellos mandan.

Ahora bien, la persona que tiene una buena autoestima no es precisamente el que cree ser merecedor de las joyas de la corona de la reyna Isabel, mucho menos siente que todos son menos que él o así mismo que está por encima de los demás. Tampoco son los que siempre se creen con derecho a exigir, ni los que hablan más alto en los lugares públicos para hacerse notar.

Si bien una buena autoestima implica un grado de seguridad, esto tiene que ver, entre otras cosas con la confianza que se tiene en uno mismo para actuar, enfrentar retos y lo que uno se propone. Cuando una persona confía en sí misma, no tiene que darse a notar, la gente la nota y no sólo eso, también la sigue. Por lo general son congruentes y justos en sus acciones y no demandan más de lo que pueden dar. Desde luego que no se adquiere así nada más, sino que se va dando con la experiencia, y más importante con la atención que ponemos en nuestros errores para no cometerlos de nuevo (al menos no cajetearla dos veces).

La acción nos permite conocer nuestras habilidades y limitaciones, aceptar lo que podemos y no podemos hacer en todos los aspectos de nuestra vida, y poco a poco ir ganando confianza. Desde luego también es importante dejarnos guiar por otros que sepan más del asunto, sin embargo se trata de confiar en nuestro criterio y tomar responsabilidad de las decisiones que vayamos tomando en el curso de la vida.

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